El Malestar En La Cultura


TLAMATINI
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MATERIALES PARA LA TRANSFORMACIÓN
DE LA ENSEÑANZA Y LA CULTURA

TLAMATINI
Septiembre de 1988 numero 2
Recopilo: Armando Blanco
Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Oriente, UNAM

RESUMEN

INTRODUCCIÓN

En el México Antiguo, entre los aztecas, por ejemplo, la educación era sin duda el pilar central tanto para el logro de la grandeza colectiva, como para la conquista de la felicidad individual, de lo cual tenemos, en ambos casos, innumerables testimonios en el arte, la ciencia, la filosofía, la organización social y en las memorables proezas personales (”La educación de los aztecas. Como se formó el carácter del pueblo mexica” F. Díaz Infante, ed. Panorama).

La razón de lo anterior se encuentraba en las dos metas fundamentales de dicha educación denominada TLACAHUAPAHUALIZTLI: "El Arte de criar y educar a los hombres". La primera meta era la capacitación para la vida en el plano individual, y la segunda, la educación para la búsqueda del bien común, dado que era una cultura colectivista.

Al respecto, en su libro FILOSOFIA NAHUATL, León-Portilla nos dice lo siguiente (pág. 221): “Es cierto que en todos los pueblos cultos, la educación es el medio de comunicar a los nuevos seres humanos la experiencia y la herencia intelectual de las generaciones anteriores, con el doble fin de capacitarlos y formarlos en el plano personal e incorporarlos eficazmente a la vida de la comunidad. Pues bien, así como en la PAIDEA de los griegos se acentuaba probablemente más el carácter personalista, así entre los nahuas, especialmente en el imperio azteca, se atendía de preferencia al segundo aspecto de la educación: el de la incorporación de los nuevos seres humanos a la vida y objetivos supremos de la comunidad”.

En cuanto a la preparación para la vida individual, de modo que el hombre pudiera lograr la felicidad personal, la educación azteca tenía bien detectados dos requisitos sin los cuales imposible alcanzar tal felicidad. Lo primero a lograr era inculcar, mediante la educación familiar y social, un carácter inquebrantable; lo segundo era dotar a cada individuo de una sabiduría, que en buena medida podía aprenderse a través de los famosos Huehuetlahtolli, los “Sabios consejos de ancianos”, de antigüedad milenaria o a través de su otro sistema educativo denominado IXTLAMACHILIZTLI, “Sabiduría que se transmite a los rostros ajenos”. A ambos objetivos, poéticamente se les denominaba ÍXTLI IN YÓLOTOL, que literalmente significó “Rostro y Corazón”, pero que metafóricamente se traduce como “Sabiduría en el rostro y Autodominio del corazón o las pasiones”.

De nuevo León-Portilla nos dice en la pág. 228 del libro citado: “Parece pues que lo que buscaban los tlamatinime (sabios o filósofos) con su educación en los Calmécac era perfeccionar la personalidad de sus discípulos en sus dos aspectos fundamentales: dando sabiduría a los rostros y firmeza a los corazones. Y esto no es mera suposición. Nos lo confirman entre otros, dos textos nahuas de auténtico valor histórico. El primero, de los informantes de Sahagún, refiriéndose al ideal de hombre maduro (OMÁCIC OQUITCHLI), dice:

“EL HOMBRE MADURO:
UN CORAZON FIRME COMO LA PIEDRA,
UN ROSTRO SABIO,
DUEÑO DE UNA CARA, DE UN CORAZON,
HABIL Y COMPRENSIVO.”

Tal era la meta -continúa León-Portilla-, profundamente humanista, a la que pretendían llegar los tlamatinime con su educación. Y que con frecuencia llegaban a alcanzarla, nos lo prueban todas esas figuras históricas, bastantes para hacer a cualquier pueblo sentirse orgulloso de sí mismo, como las de Itzcóatl, Tlacaélel, Motecuhzoma Ilhuicamina. Cuitláhuac, Cuauhtémoc, ejemplos de corazón recio; y las que se distinguen sobre todo por su “rostro sabio” como Nezahualcóyotl y su hijo Nezahualpilli…”

En otros documentos profundizaremos respecto a las técnicas y fundamentos ontológicos, epistemológicos y psicopedagógicos en que se sustentaba la educación náhuatl. Aquí, este brevísimo esbozo lo he traído a colación únicamente para ilustrar y justificar el por qué de la necesidad imperiosa de incluir a Freud y su gran texto, El Malestar de la Cultura, entre las corrientes de pensamiento a estudiar sin falta en las escuelas.

Si LA EDUCACION es capacitación para la vida individual y colectiva, si educar es propiciar en los alumnos ‘‘un rostro y un corazón", una personalidad propia, un carácter firme y humanista, entonces El Malestar de la Cultura es un estudio insustituible para tal fin, por varios motivos. En primer término porque lo que arriba se señala como personalidad o criterio propio a formar en los educandos, es, más o menos, lo que Freud caracteriza como el ‘YO” que en la mayoría de las personas se encuentra oprimido y bastante disminuido o hasta inexistente a causa del SUPERYO, caracterizado como el conjunto de creencias y tradiciones que le son inculcadas a los seres humanos desde la infancia por lo cual le son desapercibidas no obstante el dominio enorme o absoluto que ejercen sobre el yo, razón por la cual las más modernas teorías de todas las ciencias sociales coinciden en plantear que como tarea primera y central dicho superyo se le debe hacer consciente al ser humano, para enseguida enseñarle analizarlo parte por parte, para en tercer lugar, comenzar a desechar aquellos elementos falsos, arcaicos o sin fundamento o respaldo científico, para finalmente, comenzar a construirnos, consciente, libre y voluntariamente, un superyo propio (o bien ampliar o acrecentar el “yo”) y mantenerlo en adelante flexible y en perpetuo proceso de enriquecimiento y revisión.

Quien mejor delinea esa tarea de hacer consciente y someter a crítica el SUPERYO es, en el campo de la pedagogía, la Teoría De Los Grupos Operativos, aunque le denomina con otro concepto: “Esquema Referencial”. Desde la óptica de la filosofía Náhuatl, en el libro Viaje a Ixtlan, se plantea que lo que a cada humano le enseñan desde la infancia que es "la realidad" y la única verdad, no es tal ni existe, que tales afirmaciones no son sino una de las múltiples formas culturales de ver la realidad, formas en las que cada quien se encuentra atrapado o esclavizado por haberle hecho creer que eran la verdad o la realidad misma y que, por lo tanto, la tarea para quien se pretenda hombre libre, es, primero, derrumbar esa primera descripción de la realidad que le inculcaron desde que nació (caída que se propicia mediante la crítica, la comparación con otras culturas o descripciones, y la reflexión), pará, en segundo lugar comenzar a construirse una descripción propia. A lo primero se le llama metafóricamente en dicha libro “parar el mundo” y a lo segundo “ver”.

La antropología, y tomado de ella hoy el concepto de cosmovisión en algunos nuevos programas escolares, igual se plantea que el alumno la concientice y actualice. Lo mismo se puede decir de las ciencias sociales, como la sociología que utilizan el concepto de ideología o finalmente el término filosofía, cuando lo definimos como “forma de explicarse el origen y destino del Universo y del hombre” que también están sometidos a severa critica y permanente modificación y actualización.

Pero ni duda cabe que quien abrió la puerta por primera vez al conocimiento y conciencia del SUPERYO fue Freud quien para tal efecto nos conduce por un recorrido analítico de los problemas los que se ha enfrentado el hombre casi desde su aparición en la Tierra a fin de ser feliz y los poderosos obstáculos que se lo han impedido (uno de ellos, la esclavitud al SUPERYO).

Veamos, a manera de una primera probada, algunos de sus planteamientos más importantes al respecto (hemos numerado las citas para un manejo más ágil):

26) “tal como nos ha sido impuesta, la vida nos resulta demasiado pesada, nos depara excesivos sufrimientos, decepciones, empresas imposibles. Para soportarla, no podemos pasarla sin lenitivos (escapes, sedantes, autoengaños, muletas o técnicas de vida)” que los hay da tres especies:

a) Distracciones poderosas que nos hacen parecer pequeña nuestra miseria (tv, los viajes, cine, comprarse cosas, la religión, etc.; apb)

b) Satisfacciones sustitutivas que la reducen (si no hay amor, aunque sea deporte, ciencia, política, amasar dinero, poder, modas, etc.; abp)

c) Narcóticos que nos vuelven insensibles a ella (alcohol, drogas, religión; abp)

Alguno de estos remedios nos es indispensable.”

67) “existe todavía otro método especial que se distingue por la más curiosa combinación de rasgos característicos. También él persigue la independencia del destino y con esta intención traslada la satisfacción a los procesos internos, utilizando al efecto la ya mencionada desplazabilidad de la líbido, pero sin apartarse por ello del mundo exterior, antes al contrario aferrándose a sus objetos y hallando la felicidad en la vinculación afectiva con estos, Por otra parte, al hacerlo no se conforma con la resignante y fatídica finalidad de eludir el sufrimiento, sino que la deja de lado sin prestarle atención, para concentrarse en al anhelo primordial y apasionado del cumplimiento positivo de la felicidad (para Freud existen dos tipos de felicidad, la positiva, como el amor, el sexo, y la "negativa" que es simplemente LA EVITACION DEL DOLOR, que para muchos, ya es ganancia; abp). Quizá se acerque mucho más a esta meta que cualquiera de los métodos anteriores. Naturalmente, se trata de aquella orientación de la vida que hace DEL AMOR el centro de todas las cosas.

69) El punto débil de esta técnica de vida es demasiado evidente, y si no fuera así, a nadie se le habría ocurrido abandonar por otro tal camino hacia la felicidad. En afecto: jamás nos hallamos tan a merced del sufrimiento como cuando amamos, jamás somos tan desamparadamente infelices como cuando hemos perdido el objeto o su amor.”

70) En resumen, el designio de ser felices que nos impone el principio del placer es… irrealizable.

76) la religión viene a perturbar este libre juego de elección (de técnicas de vida o lenitivos), al imponer a todos por igual su camino único para alcanzar la felicidad y evitar el sufrimiento.”

77) “Su técnica consiste en reducir el valor de la vida (por ejemplo, convenciéndonos de que LA FELICIDAD EN LA VIDA ES UNA ILUSION -que incluso puede resultarnos muy costosa si traspasa la línea de "lo permitido" hacia un "pecado grave" que se pagará con un "eterno castigo en el infierno"-, Y QUE LA VERDADERA FELICIDAD ESTÁ DESPUES DE LA MUERTE, al lado de Dios, en el cielo; nota, abp) y en deformar delirantemente la imagen del mundo real, medidas que tienen por condición previa la intimidación de la inteligencia.

78) A este precio, imponiendo un infantilismo psíquico y haciéndole participar de un delirio colectivo, la religión logro evitar en muchos seres la caída en la neurosis individual, pero no alcanza nada más (no alcanza jamás la felicidad positiva en la vida, ni la pretende).

19) ¿Pero de dónde proviene la fe, la necesidad de creer en un dios? Freud nos dice: en cuanto a las necesidades religiosas es irrefutable su derivación del desamparo infantil y de la nostalgia por el padre que aquél suscita…

21) El hombre común no puede representarse esta providencia sino bajo la forma de un padre grandiosamente exaltado, pués solamente un padre semejante sería capaz de comprender necesidades de la criatura humana, conmoverse de sus ruegos, ser aplacado por las manifestaciones de su arrepentimiento.”

22) Todo esto es a tal punto infantil, tan incongruente con la realidad, que el más mínimo sentido humanitario nos tornaría dolorosa la idea de que la gran mayoría de los mortales jamás podría elevarse sobre semejante concepción de la vida.

82) Aquí nos sorprendería la afirmación de que nuestra cultura llevaría gran culpa por la miseria que sufrimos…”

En este punto, suspendo la trascripción de algunas citas de El Malestar de la Cultura. Hasta antes de la cita 82 estaba intentando demostrar como Freud cubría las dos metas fundamentales de la educación (en cuanto a la Cultura Náhuatl) citadas más arriba, al plantear una serie de hipótesis sobre el por qué de la infelicidad del hombre. Se entiende que de golpe no puedan ser comprendidas en toda su plenitud por estar sacadas de contexto. Aún así, para un buen entendedor, mucho dejan entrever ya.

Sin embargo a partir de la cita 82 hay un gran salto, ya no es el individuo el “objeto de análisis” sino un ente mucho más general: la cultura. Aquí el análisis trasciende de la psicología individual a la psicología social. Y esta es precisamente la segunda razón que ha motivado el presente resumen y su presentación a una comunidad escolar: plantearla como una nueva teoría social más, como otra teoría de la historia. Esta pretensión no carece de fundamento ni es nueva. Varios estudiosos ya la han propuesto antes: Marcuse, Wilham Rich, Brown, From, etc., sólo que ciertos prejuicios a izquierda y derecha han obstaculizado el abordaje de Freud como teórico social. Incluso como auténtico científico de la psicología individual está desestimado, no obstante que para la construcción de su teoría utilizó el mismo método científico -y con igual rigurosidad- que teóricos como Carlos Marx para su análisis del capitalismo, es decir, el método de la abstracción, la concretización progresiva y la verificación.

En términos sucintos, ¿en qué consistirían algunos aportes de Freud en lo social, no para la descripción, para el qué ha sucedido (que es a lo que la historia tradicional ha limitado hasta el presente, a sólo relatar sin analizar), sino para la interpretación, para el análisis científico, para el por qué de los hechos humanos y su desarrollo? Freud plantea:

A) Que un fenómeno primordial para la supervivencia y progreso de la humanidad (auspiciado por el instinto de vida o Eros), fue la aglutinación, la unión de los hombres, primero en familia, luego en clanes y tribus y finalmente en sociedades.

B) Que a su vez lo que posibilitó tales uniones fueron los fenómenos del trabajo (ANANKE), el de la reproducción de la especie (sexual y del "amor") y el del placer (en todas sus manifestaciones, simples y complejas, como el de echarse en la playa o escuchar a Mozart; apb).

C) No obstante aparecieron dos hechos perturbadores y amenazantes impulsados por otro pronto instinto: el Tanatos, la pulsión de muerte, agresividad, destrucción y autodestrucción, instinto que es inseparable del hombre, lo que plantea teórica y prácticamente un grave problema para la humanidad. Estos dos hechos fueron:

a) El poder ilimitado de los jefes en el grupo y el de los padres de familia.

b) La peligrosa agresividad que destruyó familias o grupos enteros, por parte de estos seres hasta cierto punto omnipotentes dentro de la comunidad.

c) Una primero solución sobrevino cuando, por un lado en la familia los hermanos, y por el otro los subordinados en el grupo, se unieron contra el poder devastador de padres y jefes respectivamente, planteando además drásticas limitaciones al poder unipersonal a través de leyes jurídicas (y después por medio de la religión). Esto representó, según Freud, el primer acto cultural propiamente dicho. Por ello agrega que el primer requisito de la cultura, o lo que caracteriza a un pueblo verdaderamente culto es el respeto a las leyes.

d) No obstante, para lograr lo anterior, tanto hermanos como subordinados, tuvieron que autoimponerse serias limitaciones o prohibiciones a fin de consolidar y hacer eficaz la unión. Allí comenzó parte del problema actual de la cultura que nació de esta comunión, dado que aquella plantearía cada vez más y más restricciones a la libertad y felicidad individual (por ejemplo, dice Freud: la prohibición del incesto, a lo que se fueron agregando más y más prohibiciónes -a veces revestidos como "pecados"), al grado de hacer insoportable la vida en la actualidad, provocando una enorme miseria existencial o infelicidad por tantas prohibiciones, lo cual lleva a todo tipo de malestares y neurosis (de ahí tanta gente aparentemente normal que de repente se desquicia -sin saber ni por qué- y bien, o toma una arma y mata sin ton ni son a quien se le atraviese, o se convierten en asesinos seriales de lo peor, o se vuelven alcohólicos o drogadictos, etc.).

e) En cuanto a las leyes, pasado algún tiempo en que frenaron un poco el INSTINTO DE AGRESION de los poderosos, éstos luego encontraron la manera de burlar las leyes y volver a la carga contra los débiles, y no sólo eso, sino que hasta aprendieron a revertir el uso de las leyes modificándolas a su beneficio y en contra de los intereses de los desprotegidos (hay tantos y tantos ejemplos en todo el mundo).

g) Ello llevó a buscar OTRO FRENO CULTURAL contra el Tanatos. Es así como, desde la óptica de Freud, surgen LAS RELIGIONES para intimidar al hombre con el terrible castigo post mortem por sus robos y crímenes, cuando ya la amenaza de castigo jurídico no hacía efecto. También durante un tiempo este instrumento de la cultura, las religión, sirvió para contener las agresiones, pero más adelante sucedió con ellas exactamente lo mismo que con las leyes: los poderosos, a pesar de decirse o aparecer como religiosos (véanse las 3 películas de EL PADRINO), no se frenaban en el robar, matar y humillar (a propósito es también muy recomendable una excelente videocinta: LA REYNA MARGOT acerca de un irrefutable hecho histórico: el asesinato de 6000 protestantes a manos de católicos en la famosa “Noche de San Bartolomeo”), e igualmente aprendieron a deformar o a usar las religiones para amedrentar a los débiles a que no se rebelaran contra ellos (aquí recomendamos sin duda ese magistral texto de Erich From: EL ENIGMA DE CRISTO, donde demuestra como se deformó por los romanos, contra quienes estaba dirigido el cristianismo original, para ahora hacer creer que la infelicidad y pobreza de los creyentes no era a consecuencia de "los ricos" sino...DE SUS PROPIOS PECADOS), o para hacerles creer que tenían investidura “divina” y por tanto les debían veneración y obediencia ciega, o incluso para convencerlos de que la pobreza (en que ellos los mantenían) era virtud y requisito para ser premiado en... “la otra vida”.

Hoy vemos que aunque Europa y EE.UU. se declararan fervientemente religiosos, desde hace 500 años (en el primer caso y 200 para el segundo), sus crímenes no han sido frenados ni un ápice por su convicción de castigos infernales después de la muerte. Igualmente vemos a diario en los periódicos informes sobre asesinatos bestiales, y si preguntáramos a quienes los cometieron, comprobaríamos que son creyentes de alguna religión y de castigos divinos, pero eso no los frenó.

Es aquí precisamente cuando Freud nos dice que deberíamos ser conscientes de que esta cultura ha fallado (de ahí el título de su libro El Malestar de la Cultura) ya que sus instrumentos no cumplen con la función que el hombre les encomendó: frenar el dolor y promover la felicidad del hombre, los dos objetivos de la cultura.

Pero por si fuera poco, no sólo los poderosos han revertido el uso de leyes y religiones construidos originalmente contra ellos, sino que además, a fin de mantener la unión de los débiles contra los poderosos, a fin de promover una convivencia de respeto a las leyes, las cada vez mayores prohibiciones establecidas para tal efecto por los propios débiles, hacen infeliz al hombre, y no sólo eso sino que la cultura todavía creó el último recurso contra la agresión: LA AUTOAGRESION (para que el Tanatos no se vierta hacia afuera) por medio de pesados preceptos incrustados en el “SUPERYO”, es decir, por medio de creencias que le hacen tener al hombre sentimientos de culpa (de "pecado") respecto de los cuales previamente se le ha convencido que para librarse de ellos a fin de no morir con culpas y recibir un castigo mayor tras la muerte, el medio para liberarse de ellos es el castigo, la “penitencia” (por eso vemos el absurdo en Semana Santa, de hombres flagelándose con látigos, espinas, etc., lo que además de todo, hace de esta religión, una RELIGION MASOQUISTA, según Freud), la cual debe demandar para quedar “limpio” y cuando no lo hace, el inconsciente, a quien no se le puede ocultar lo hecho, agrede al hombre mismo (autoagresión) las más de las veces mediante enfermedades autocreadas o neurosis (por ello los médicos hoy nos dicen que de todas nuestras enferemedades, el 80% son SICOSOMÁTICAS -no son reales, provienen de la mente, de frustraciones, de miedos, de ideas preconcebidas-). Eso finalmente ha llevado a que ésta sea, según Freud, UNA CULTURA NEURÓTICA Y MASOQUISTA.

Lo anterior suena terrible, pero igualmente al describirnos paso a paso como sucede esto, Freud le da al hombre las herramientas para liberarse de engaños, restricciones sin fundamento y perjudiciales, fruto de la ignorancia, y sobretodo, le proporciona al hombre armas para desmantelar tanto las autoagresiones, como para controlar el instinto de agresión a fin de promover una vida pacífica entre los humanos, una vida sin agresión. No obstante nos alerta sobre lo difícil que es lograr lo anterior (no en balde han fallado los instrumentos de la cultura) puesto que se trata de un instinto, el de agresión, con bases biológicas que no es posible extirpar, pero si hacerlo consciente y en base a ello controlarlo o encontrarle salidas positivas (hay estudios de cómo por ejemplo, los mundiales de futbol, sirven en parte de CATARSIS y para sacar el instinto de agresión -por el placer de humillar al vencido- sin necesidad de llegar a... GUERRAS).

Por eso citábamos al principio los dos objetivos supremos de la educación azteca: Ixtli In Yolotl, rostro y corazón, sabiduría o conocimiento y autodominio precisamente de los instintos como el de agresión.

León-Portilla está convencido de que la filosofía del México Antiguo, sus valores, su educación, su respetado sistema jurídico y de gobierno, etc., tendrían mucho que aportar al presente si nos atreviésemos a mirar hacia atrás, a reestudiar esa herencia (como en el siglo XVI cuando en el renacimiento se comenzó el reestudio de los griegos). Pero primero hay que saber cuál es el principal problema que tenemos en el presente (como especie humana), y ese es el propósito de dar a conocer este profundo análisis froidiano.

Esa sería, a grandes trazos la esencia de la teoría de la historia o del análisis de la sociedad que propone Freud. Ahora se entenderá POR QUE PROPONEMOS QUE DEBE ESTUDIARSE EN LAS ESCUELAS (incluso desde la Primaria, claro, simplificado, y conforme se pase de nivel, ir ascendiendo de lo simple a lo complejo; lo cierto es que, con estos conocimientos, con estas advertencias para los propios humanos, más de uno tendrían armas para ayudarse enormemente a sí mismo y a todos a quienes existan en su entorno).

Veamos ahora lo que plantean Norman Brown aplicando ya el análisis psicoanalítico a lo social en su libro “Eros y Tanatos: El Sentido Psicoanalítico De La Historia” (pág. II, ed. JM.):

“…yo, como muchos otros de mi generación, viví el ocaso de las categorías políticas que guiaron toda una época. Por eso aquellos de nosotros que por temperamento somos incapaces de admitir la política del pecado, del cinismo, y de la desesperación, nos hemos visto obligados a examinar una vez más los supuestos clásicos acerca de la naturaleza de la política y el carácter político de la naturaleza humana… Este libro está dirigido a todos los que están dispuestos a poner en duda viejos supuestos y a acoger nuevas posibilidades… La finalidad es abrir un nuevo punto de vista... Pero, ¿por qué Freud? Es una experiencia explosiva para cualquiera comprometido seriamente con las tradiciones occidentales de moralidad y de racionalidad, considerar de modo firme y resuelto lo que Freud tiene que decir. Es humillante obligarse a admitir el lado peor de muchos

Grandes ideales. Es criminal violar los tabúes civilizados que han mantenido oculto este lado peor. La experiencia de Freud es compartir por segunda vez el fruto prohibido... pero, ¿con qué fin? Cuando nuestros ojos están abiertos y la hoja de parra no oculta ya nuestra desnudez, nuestra situación presente se experimenta en su concreta realidad total como una trágica crisis. Para anticipar el sentido de este libro, empieza por ser evidente que la humanidad, en todos sus inagotables esfuerzos y su progreso, no tiene idea de lo que en realidad quiere. Freud tiene razón: nuestros deseos reales son inconscientes. Empieza también a ser evidente que la humanidad, inconsciente da sus deseos reales y por ello incapaz de obtener la satisfacción, es hostil a la vida y esta dispuesta a destruirse a si misma (para quien piense que en el anterior juicio hay exageración, recomiendo leer en los periódicos sobre descuartizamientos y suicidios a la alza en todo el planeta, sobre bebes de meses tirados a la basura, sobre el descenso de la fertilidad del hombre en EE.UU. Europa y en las grandes ciudades del mundo, etc. Tenemos al respecto una investigación hemerográfica denominada LA DECADENCIA DE LA ESPECIE HUMANA que pronto subiremos también a ésta, nuestra página web).

Y en cuanto a la aportación de Freud respecto a una NUEVA TEORIA DE LA HISTORIA, Brown plantea (págs. 11 y 26, op. cit.): “Freud, con su genio y su sentido de lo humano, trató de mantener en el campo de la conciencia psicoanalítica no sólo los problemas del paciente neurótico, sino también los problemas de la humanidad como un todo, como lo muestran sus escritos sobre la civilización, desde Tótem y Tabú (1913), hasta Moisés y El Monoteísmo (1937)…Nosotros, no obstante, nos proponemos con el psicoanálisis dar forma a una teoría general más amplia de la naturaleza humana, de la cultura y de la historia.”

“Es verdad que el modo de acercarse a la historia esbozado en los últimos escritos de Freud implica grandes dificultades. El mismo Freud, en el pasaje en que sugiere una correlación entre las culturas y las neurosis, pone el dedo en el corazón del problema al señalar la necesidad de desarrollar un concepto de cultura “normal” o sana, con el cual medir las CULTURAS NEUROTICAS que registra la historia.”

“Pero si los historiadores no han seguido a Freud, los poetas se han anticipado a él señaladamente. Dígase si no hay, por ejemplo, una verdad aún inexplorada en la declaración del poeta alemán Hebbel: “¿Es tan difícil reconocer que la nación alemana no ha tenido hasta ahora la historia de una vida que mostrarse, sino solamente la historia de una enfermedad?” Y no solamente la nación alemana -que solía ser el chivo expiatorio que cargaba con todos los pecados del mundo occidental-; según James Joyce “La historia es una pesadilla de la que trato de despertar”. Los poetas, y Nietzsche: “La genealogía de la moral” es el primer intento de concebir la historia de una neurosis en constante crecimiento. Y tanto Nietzsche como Freud encuentran la misma dinámica en la neurosis de la historia, un sentido de culpabilidad, siempre creciente causado por la represión (del principio del placer; abp). El clímax de Nietzsche –“el mundo ha sido demasiado tiempo una casa de locos”- es similar a la oscura conclusión de “El Malestar de la Cultura”: “si la civilización es un camino inevitable del desarrollo del grupo familiar al grupo de la humanidad como un todo, entonces una intensificación del sentido de la culpabilidad estará inextricablemente vinculado a él, hasta que tal vez... llegue a alcanzar una magnitud que el individuo difícilmente pueda soportar.”

En conclusión: lo que Freud dice acerca del hombre, de la humanidad, del por qué de su comportamiento cruel y fraticida, de su inquietud o angustia permanente, de su neurosis y sus predominantes acciones inconscientes, sus autoengaños y temores que lo mueven a las conductas más absurdas e irreflexivas, no propias de un ente supuestamente racional, lo que nos dice en fin de sus pulsiones autodestructivas, no es algo que debamos seguir evadiendo, más aún en los tiempos actuales en que las conductas neuróticas, suicidas, agresivas o desquiciadas se han incrementado alarmantemente.

Pienso que las actuales películas norteamericanas del genero de “terror” con crímenes bestiales, propios de enfermos mentales o del género de monstruos o aquellas donde porquería y media sale de las entrañas o de la boca de algunos sujetos, revelan precisamente no sólo el avanzado estado de putrefacción sino de angustia y miedo inconscientes e incontrolables, o de sentimientos de culpa que no se quieren hacer conscientes por parte de quienes hacen esos films (es todo un pueblo) y de quienes disfrutan viéndolas.

Hoy que muchos estudiosos empiezan a plantear desde distintas disciplinas sobre el posible inicio de la decadencia de la especie humana, ni Marx, ni Comte, ni Weber, ni ningún intelectual de corte occidental tienen nada efectivo que decirnos sobre ese tipo de problemas actuales, excepto Freud.

La lectura de El Malestar de la Cultura es deprimente, pero si sus conclusiones son más cercanas a la verdad que otras (que hoy a todas luces han fallado o han quedado en desuso, como en parte el marxismo), es mejor saberlo que seguir en el autoengaño y en el agravamiento de la crisis, eso independientemente de que los planteamientos froidianos nos liberan casi de inmediato de monstruos y cárceles ideológicas existentes en nuestras cabezas, lo cual resulta altamente “curativo” (tengo infinidad de análisis escritos por mis alumnos sobre Freud donde expresan sí dolor pero también alivio tras el estudio de El Malestar).

No obstante, aún así, no seria positivo quedarse solamente en Freud, es decir, quedarse únicamente en el diagnóstico de la enfermedad sin el conocimiento o estudio de algún posible remedio. Freud nos dice incluso como corregir lo que estaba mal pero no llegó, en términos sociales, hasta la propuesta de con qué CULTURA (sólo dice que hay que crearla) sustituir la que está en agonía. Por ello considero lecturas obligadas para después de Freud, textos como Viaje a Ixtlán o Filosofía Náhuatl, o también a Taoismo (de Jonh Blofeld), Budismo Zen y Psicoanálisis (Erich From y Zuzuqui), La Sabiduría de los Ancianos (Lobsang Rampa), La Importancia de Vivir (sobre taoismo, de Lin Yu Tang), etc. podrían servirnos o indicarnos algunas pistas iniciales de por dónde comenzar a caminar hacia esa CULTURA SANA, NO NEUROTICA, como en la que hemos vivido durante... SIGLOS.

En este género de libros se encuentran alternativas culturales no occidentales, sobre todo en Viaje a Ixtlán. Esta propuesta que hago no sale de un escritorio y sin haber sido sometida a prueba en la vida real. Al contrario, durante varios años de trabajar estos textos con cientos de estudiantes, he podido comprobar los profundos cambios que en ellos generan. Eso es lo que me da seguridad y confianza para proponerlos como una alternativa.

EL MALESTAR DE LA CULTURA

SIGMUND FREUD

Resumen de A. Blanco

1) Nos dice Román Rolland que la fuente ultima de toda religiosidad es la “sensación de eternidad” o “sentimiento oceánico" y que éste es una sensación de indisoluble comunión, inseparable pertenencia a la totalidad del mundo exterior.

¿Es, el anterior sentimiento de índole primaria, realmente fuente de toda urgencia religiosa?

2) Al principio EL YO se nos presenta como algo independiente, bien demarcado. La investigación psicoanalítica nos demuestra que esa apariencia es engañosa, que el yo se continua hacia adentro, sin límites precisos, con una entidad psíquica inconsciente (EL ELLO) a la cual sirve de fachada.

3) Hacia el exterior el yo parece mantener sus límites claros y precisos. Solo los pierde en un estado extraordinario; la culminación del enamoramiento en que amenaza esfumarse el limite entre EL YO y el objeto. Contra todos, el enamorado afirma que yo y tú son uno.

4) El sentimiento YOICO del adulto no pueda haber sido el mismo desde el principio; debe haber sufrido una evolución.

5) El lactante aún no distingue su yo, del mundo exterior como fuente de las sensaciones que le llegan. Gradualmente lo aprende.

6) De entre las sensaciones que más le impresionan: el seno materno (placer), el verse privado de él (displacer), y el poder atraerlo mediante una acción involuntaria (el llanto).


7) Un segundo estímulo para que el yo acepte le existencia de un “afuera”, de un mundo exterior independiente a él, la dan las frecuentes e inevitables sensaciones de dolor y displacer que el aun omnipotente principio del placer induce a abolir y a evitar.

8) Surge así la tendencia a disociar del yo cuanto pueda convertirse en fuente de displacer para formar un yo puramente hedónico (placiente), enfrentado con un NO-YO, con un “afuera” ajeno y amenazante.

9) Los limites de este primitivo “yo placiente” no pueden escapar a reajustes posteriores impuestos por la experiencia.

10) Gran parte de lo que no se abandona por su carácter placentero no pertenece al yo, sino a los objetos (a lo que está fuera de nosotros).

11) Recíprocamente, muchos sufrimientos de los que uno pretende desembarazarse resultan ser inseparables del yo, son de procedencia interna.

12) El hombre aprende a dominar un procedimiento que le permite diferenciar lo interior (perteneciente al yo), de lo exterior (originado en el mundo) dando así el primar paso hacia la entronización del principio del placer que habrá de dominar toda la evolución ulterior.

14) Originalmente el yo incluye todo, luego, desprende de sí un mundo exterior (esto en la Cultura Occidental que es la que esta analizando Freud; en las filosofías de Oriente y del Anáhuac, así como en una corriente moderna de la física y de la ciencia, no se da, o mejor dicho., no se induce a esa separación que más adelante puede conducir a la sensación de sinsentido de le vida y con ello al MAL DU SIÉCLE -mal del siglo- o sensación de “muerte interior” y a las depresiones, angustias y escapes que inevitablemente conlleva; nota abp).

15) Nuestro sentido YOICO no es, por consiguiente, más que el residuo atrofiado de un sentimiento más amplio, aun de envergadura universal, que correspondía a una comunicación más íntima entre el YO y el mundo circundante.

16) En el terreno psíquico la conservación de lo primitivo junto a lo evolucionado es muy frecuente. Este fenómeno obedece, casi siempre a una bifurcación del curso evolutivo: una parte cuantitativa de determinada actitud o de una tendencia instintiva, se ha sustraído a toda modificación, mientras que el resto siguió la vía del desarrollo progresivo.

17) En la vida psíquica nada de lo una vez formado puede desaparecer jamás; todo se conserva de alguna manera y puede volver a surgir en circunstancias favorables, por ejemplo mediante una regresión de suficiente profundidad.

18) En base a todo lo anterior, parece muy fundada la pretensión de que el sentido YOICO sea aceptado como fuente de las necesidades religiosas, pues un sentimiento sólo puede ser fuente de energía si a su vez es la expresión de una necesidad imperiosa.

19) En cuanto a las necesidades religiosas es irrefutable su derivación del desamparo infantil y de la nostalgia por el padre que aquél suscita, con esto pasa a segundo plano el papel del “sentimiento oceánico”.

20) En “El Porvenir de una Ilusión” (también de Freud), en lugar de principalmente buscar las fuentes más profundas del sentido religioso, se estudia más bien lo que el hombre común concibe como su religión, el sistema de doctrinas y promisiones que, por un lado, le explican con envidiable integridad (el simplismo todo lo ve fácil; abp) los enigmas de este mundo, y por el otro, le aseguran que una solícita providencia guardará su vida y recompensará en una existencia ultraterrena las eventuales privaciones que sufre ésta.

21) El hombre común no puede representarse esta providencia sino bajo la forma de un padre grandiosamente exaltado, pues solamente un padre semejante sería capaz de comprender las necesidades de la criatura humana, conmoverse ante sus ruegos, ser aplacado por las manifestaciones de su arrepentimiento.

22) Todo esto es a tal punto infantil, tan incongruente con la realidad, que el más mínimo sentido humanitario nos tornaría dolorosa la idea de que la gran mayoría de los mortales jamás podría elevarse sobre semejante concepción de la vida

23) Más humillante aún es reconocer cuan numerosos son nuestros contemporáneos que, obligados a reconocer la posición insostenible de esta religión, intentan, no obstante, defenderla palmo a palmo en lastimosas acciones de retirada… como aquellos filósofos que creen poder salvar al Dios de la religión reemplazándolo por un principio impersonal, nebulosamente abstracto.

24) En cuanto al hombre común y a su religión (la única que habría de llevar este nombre), Goethe nos dice:

“Quien posee Ciencia y Arte.

También tiene religión;

Quien no posee ni una ni otra,

¡Tenga religión!”

25) Este aforismo enfrenta, por una parte, la religión con las dos máximas creaciones del hombre, y por otra, afirma que pueden representarse o sustituirse mutuamente en cuanto a su valor por la vida... (¿Aunque sea un engaño o autoengaño?; parece que si, a mucha gente le sirve; abp).



26) Tal como ha sido impuesta, la vida nos resulta demasiado pesada, nos depara excesivos sufrimientos, decepciones, empresas imposibles. Para soportarlas, no podemos pasarla sin lenitivos; (“No se puede prescindir de las muletas”, nos ha dicho Theodor Fontane).


ABP: Me voy a permitir en este punto del resumen del Malestar de la Cultura, agregar algunos pensamientos de la Filosofía Náhuatl sorprendentemente similares a la central idea anteriormente expresada por Freud. Pienso que si se educara a los seres humanos desde la infancia y la adolescencia con este tipo de reflexiones, como se hacia en el Calmecac, la actitud de los hombres con respecto a los demás hombres y a la vida en general, sería muy distinta a la que predomina en la actualidad. De ahí mi interés por difundir a nivel popular este tipo de conocimientos y concepciones.



FILOSOFÍA NÁHUATL

“Creamos al corazón:

¿Es nuestra casa la Tierra?

¡Solo en un lugar de angustia, solo en un lugar de pena,

viviendo estamos!”



“Yo, yo ahora digo:

Solo por breve tiempo, cual flor de la magnolia,

hemos venido al mundo, para abrir nuestra corola.

hemos venido, solamente a marchitarnos.

¡Cese por un momento la amargura:

Aun por un momento, disipemos la pena!”



“Solo venimos a dormir, solo venimos a soñar

no es verdad, que venimos a vivir sobre la Tierra

no es verdad.

Cual cada primavera de la hierba

así es nuestra hechura: viene y brota,

viene y abre corolas nuestro corazón,

algunas flores, echa nuestro cuerpo

luego…¡se marchita!”



“Lloro, me siento desolado:

recuerdo que hemos de dejar

las bellas flores y los cantos

deleitemos entonces, cantemos ahora!

pues que totalmente, nos vamos

y nos perdemos.”



“¿Qué era lo que acaso, tú mente hallaba?”

¿dónde andaba tú corazón?

por eso das tú corazón a cada cosa,

sin rumbo lo llevas,

vas destruyendo tú corazón,

Sobre la tierra

¿acaso puedes ir en pos de algo?"

(que no sea un sueño, una ilusión)



Regresemos al resumen de Freud:

27) En cuanto a los sostenes, sedantes, autoengaños, escapes, muletas o lenitivos, los hay de tres especies:

1) DISTRACCIONES PODEROSAS, que nos hacen parecer pequeña nuestra miseria.

2) SATISFACCIONES SUSTITUTAS, que la reducen.

3) NARCÓTICOS, que nos vuelven insensibles a ella.

Alguno o cualquiera de estos remedios NOS ES INDISPENSABLE.

28) Votaire alude a las DISTRACCIONES cuando en “Cándida” formula a manera de envío, el consejo de cultivar nuestro jardín; también la ACTIVIDAD CIENTIFICA es una diversión semejante (¿entrarán también aquí, como pasatiempos para sobrellevar la vida, actividades como la política y la ambición del poder, la docencia, el arte, etc., que se evidencian como escapes cuando se practican de manera compulsiva? Respecto al arte, Santiago Ramírez en “El Mexicano, psicología de sus motivaciones” nos dice que en efecto se puede usar como sedante y nos pone como ejemplo ni más ni menos que a Diego Rivera de quien menciona que pintando obsesivamente intentaba resolver o eludir una grave problemática interna. Otros investigadores ven este tipo de salidas –arte, ciencia, etc.- como positivas –“sublimación"- frente a otras vías de carácter autodestructivas –alcohol o drogas- o destructivas –guerras, sadismo, acumulación de poder económico o como placer sádico puesto que siempre implica aplastar a otros; abp).



29) Las satisfacciones sustitutivas, como nos las ofrece el arte son, frente a la realidad, ILUSIONES, pero no por ello menos eficaces psíquicamente, gracias al papel que la imaginación mantiene en la vida anímica.

30) En cuanto a los narcóticos, influyen sobre nuestros órganos y modifican su quimismo. No es fácil indicar el lugar que en esta serie corresponde a la religión.

31) En incontables ocasiones se ha planteado la cuestión del objeto que tendría la vida humana, sin que jamás se le haya dado una respuesta satisfactoria, y quizás ni admita tal respuesta. Muchos de estos inquisidores se apresuraron a agregar que, si resultase que la vida humana no tiene objeto alguno, perdería todo valor ante sus ojos…Parecería más bien que se tiene derecho de rechazar la pregunta en sí, pues su razón de ser probablemente emane de esa vanidad antropocéntrica cuyas múltiples manifestaciones ya conocemos… no estaremos errados al concluir que la idea de adjudicar un objeto a la vida humana, no puede existir sino en función de un sistema religioso.

32) Es por ello que hay que abandonar la cuestión precedente y sustituirla por otra más modesta; ¿Qué fines y propósitos de vida expresan los hombres en su propia conducta; que esperan de la vida, que pretenden alcanzar en ella? Es difícil equivocar la respuesta: aspiran a la felicidad.



33) Esta aspiración tiene dos fases: un fin positivo y otro negativo. Por un lado, evitan el dolor y el displacer; por el otro, experimentar intensas sensaciones placenteras. En sentido estricto, el término “felicidad” sólo se aplica al segundo fin(la obtención de placer, y no el aspecto negativo de conformarse simplemente con que no haya dolor o sufrimiento en la vida, aunque cuando a la gente le va muy mal, ya con que no sufra, lo ve como ganancia; abp). De acuerdo con esta dualidad del objetivo perseguido, la actividad humana se despliega en dos sentidos, según se trate de alcanzar -prevaleciente o exclusivamente- uno u otro de aquellos fines.



34) Como se advierte, quien fija el objetivo vital es simplemente el programa del principio del placer, principio que rige las operaciones del aparato psíquico desde su mismo origen; principio de cuya adecuación y eficiencia no cabe dudar, por más que su programa esté en pugna con el mundo entero… El problema es que este programa ni siquiera es realizable, pues todo el orden del universo se le opone, y aún estaríamos por afirmar que el plan de la “creación” no incluye el propósito de que el hombre sea “feliz”(porque nos enfermamos o se presenta la muerte, o sobreviene la vejez, la pobreza, o nos oprimen los poderosos; abp).



35) Lo que en el sentido más estricto se llama felicidad, surge de la satisfacción, casi siempre instantánea, de necesidades acumuladas que han alcanzado elevada tensión, y de acuerdo con esta índole sólo puede darse como fenómeno episódico (lo que nos está diciendo Freud es que esa es la naturaleza intrínseca de LA FELICIDAD: no ser permanente -en el amor, sobreviene la rutina, o la posesión permanente del "objeto amoroso" hace que ya no se desee...lo que ya se posee y el disfrutarle, ya no proporciona el mismo intenso placer que cuando no se le poseía y se le disfrutaba sólo ocasionalmente; tengo hambre, algo me impide satisfacer mi apetito, y por fin cuando se presenta el alimento...el goce es más intenso cuanto mayor o mas larga fue la privación de él; abp)



36) Toda persistencia de una situación anhelada por el principio del placer solo proporciona una sensación de tibio bienestar (¿esto significaría que la felicidad o placer intenso es imposible en la pareja estable, en el matrimonio?; abp), pues nuestra disposición no nos permite gozar intensamente sino el contraste, pero sólo en muy escasa medida lo estable (esta teoría podría estar respaldada por el descubrimiento de las leyes que rigen el funcionamiento del hipotálamo. ver “aspectos Biológicos de la Memoria y el aprendizaje” de Ardila y Moreno, ed. Trillas; abp). Así, nuestras facultades de felicidad están ya limitadas, en principio por nuestra propia constitución.

37) En cambio, nos es mucho menos difícil experimentar la desgracia. El sufrimiento nos amenaza por tres lados:

1. Desde el propio cuerpo que condenado a la decadencia y a la aniquilación, ni siquiera puede prescindir de lo signos de alarma que representan el dolor y la angustia.

2. Del mundo exterior, capaz de encarnizarse con nosotros con fuerzas destructoras omnipotentes e implacables (los terremotos, huracanes, erupciones volcánicas, marejadas, etc.; abp)

3. De las relaciones con otros seres humanos. El sufrimiento que emana de esta última fuente quizá nos sea más doloroso que cualquier otro; tendemos a considerarlo como una adición más o menos gratuita, pese a que bien podría ser un destino tan ineludible como el sufrimiento de distinto origen (justo por un descubrimiento que más adelante expondrá el autor: el sadismo, el placer de hacer daño, debido al inextirpable INSTINTO DE AGRESION o "TANATOS" que caracteriza al hombre; abp)


38) No nos extrañe pues, que bajo la presión de tantas posibilidades de sufrimiento, el hombre suela rebajar sus pretensiones de felicidad (como, por otra parte, también el principio del placer se transforma, por influencia del mundo exterior, en el más modesto principio de la realidad).

39) No nos asombre que el ser humano ya se estime feliz por el mismo hecho de haber escapado a la desgracia, de haber sobrevivido al sufrimiento; no nos extrañe pues que, en general, la finalidad de evitar el sufrimiento relegue a segundo plano la de lograr el placer.

40) La reflexión demuestra que las tentativas destinadas a alcanzar el placer pueden llevarnos por caminos muy distintos. En primer lugar, la satisfacción ilimitada de todas las necesidades se nos impone como norma de conducta tentadora, pero significa preferir el placer a la prudencia, y a poco de practicarla se hacen sentir las consecuencias.

41) Los otros, métodos, que persiguen ante todo la evitación del sufrimiento, se diferencian según la fuente de displacer a que conceden máxima atención. Existen entre ellos procedimientos extremos y moderados; algunos unilaterales, y otros que atacan simultáneamente varios puntos.

42) El aislamiento voluntario, el alejamiento de los demás, es el método de protección más inmediato contra el sufrimiento susceptible de originarse en las relaciones humanas. Es claro que la “felicidad” alcanzable por tal camino no puede ser sino de la quietud. Contra el temible mundo exterior sólo puede uno defenderse mediante una forma cualquiera del alejamiento si se pretende solucionar este problema únicamente para si.

43) Existe, desde luego otro camino mejor: pasar al ataque contra la naturaleza y someterla a la voluntad del hombre, como miembro de la comunidad humana, empleando la técnica dirigida por la ciencia; así se trabajó con todos por el bienestar de todos.

44) Pero los más interesantes preventivos del sufrimiento son los que tratan de influir sobre nuestro propio organismo (a nivel bioquímico; las drogas, por ejemplo), pues en ultima instancia todo sufrimiento no es más que una sensación… por lo tanto, el más crudo, pero también el más efectivo de todos los métodos destinados a producir tal modificación, es el químico: la intoxicación.

45) Es evidente que existen ciertas sustancias extrañas al organismo cuya presencia en la sangre o en los tejidos, nos proporciona directamente sensaciones placenteras modificando además las condiciones de nuestra sensibilidad de tal manera que nos impiden percibir estímulos desagradables (es cierto en algunos casos, pero en otros no; una sola copa adormece la corteza cerebral y produce sensación “alivio”, “olvido”, relajamiento y alegría; mayor cantidad atrofia los sentidos y en muchos casos vuelve más crudos los recuerdos, los fracasos o agravios; de ahí el llanto, los crímenes en estado de ebriedad. No obstante, está tan extendido el uso del alcohol y las drogas que es probable que sea cierto en muchos el supuesto estado o sensación de “alegría” a que su ingestión induce. Tal hipótesis tendría que ser tomada muy en cuenta para entender el fenómeno y sólo en esas condiciones después intentar modificarlo. Siendo así, las personas que optan por la vía de la intoxicación pera sentir felicidad” -en cualquiera de las dos acepciones mencionadas por Freud-, estarían indicando, por una parte ser individuos muy sensibles, seres a quienes las cosas les afectan más y por lo mismo optan por insensibilizarse o escaparse, lo cual desde otra óptica significa claudicar, renunciar a vivir realmente y a luchar, y por otra, indicaría ausencia de acceso o de conocimiento de opciones reales o positivas de felicidad; nota abp).

46) En nuestra vida psíquica normal, la descarga de placer oscila entre la facilitación y la coartación, y paralelamente, disminuye o aumenta la receptividad para el displacer (quizá esto significa que algunas ideas que nos han inculcado o que hemos adoptado provocan que sintamos… el dolor más de lo que debiera ser; por lo tanto, si sustituimos esas concepciones por otras, resentiremos menos o incluso, cosas que antes nos afectaban, al cambiar de mentalidad, no tendrán ya ningún efecto sobre nosotros –por ejemplo, ciertos sentimientos de culpa-; nota, abp).

47) Se atribuye tal carácter benéfico a la acción de los estupefacientes en la lucha por la felicidad y en la prevención de la miseria, que tanto los individuos como los pueblos le han dado un lugar permanente en su economía libidinal. No sólo se les debe placer inmediato, sino también una muy anhelada independencia frente al mundo exterior.

48) Los hombres saben que con cualquier “quita-penas” siempre podrán escapar al reto de la realidad, refugiándose en un mundo propio que ofrece mejores condiciones para su sensibilidad.

49) También se sabe que es precisamente esta cualidad de los estupefacientes la que entraña su peligrosidad y nocividad. En ciertas circunstancias aun llevan la culpa de que se disipen interiormente cuantiosas magnitudes de energía que podrían ser aplicadas para mejorar la suerte de la especie humana (por ejemplo nosotros, México, con sus diez millones de alcohólicos y un segundo lugar en alcoholismo a nivel mundial... cuanta vitalidad pudriéndose, autodestruyéndose, y desgraciando a núcleos enteros de familias que sumándolas nos darían más de una tercera parte de la nación mexicana perjudicada por el alcohol; abp).

50) La satisfacción de los instintos, precisamente porque implica tal felicidad, se convierte en causa de intenso sufrimiento cuando el mundo exterior nos priva de ella. Por consiguiente, cabe esperar que al influir sobre estos impulsos instintivos, evitaremos buena parte del sufrimiento. Pero esta forma de evitar el dolor, ya no actúa sobre el aparato sensitivo, sino que trata de dominar las mismas fuentes internas de nuestras necesidades, consiguiéndolo en grado extremo al aniquilar instintos, como lo que realiza la sabiduría oriental y como lo práctica el yoga.

51) Desde luego, lograrlo significa al mismo tiempo abandonar toda otra actividad (es decir, renunciar a la vida), para volver a ganar aunque por distinto camino, únicamente la “felicidad” del reposo absoluto (o sea, la felicidad negativa, que no es felicidad; apb).

52) Idéntico camino, con un objetivo menos extremo, se obtiene al perseguir tan sólo la moderación de la vida instintiva bajo el gobierno de instancias psíquicas superiores, sometidas al principio de la realidad.

53) Esto no significa la renuncia total al propósito de la satisfacción, pero se logra cierta protección contra el sufrimiento, debido a que la satisfacción de los instintos dominados procura menos dolor que la de los inhibidos.

54) Como contraparte, prodúcele una innegable limitación de las posibilidades de placer, pues el sentimiento de placer experimentado al satisfacer una pulsión instintiva indómita, no sujeta por las riendas del yo, es incomparablemente más intenso que el que se siente al saciar un instinto dominado.

55) Tal es la razón económica del carácter irresistible que alcanzan los impulsos perversos, y quizás de la seducción que ejerce lo prohibido en general.

56) Otra técnica para evitar el sufrimiento, recurre a los desplazamientos de la líbido previstos en nuestro aparato psíquico y que confieren gran flexibilidad en su funcionamiento. El problema consiste en reorientar de manera suficientemente satisfactoria los fines instintivos, de manera tal que eludan la frustración del mundo exterior. La SUBLIMACION de los instintos contribuye a ello, y su resultado será óptimo si se sabe acrecentar el placer del trabajo psíquico e intelectual. En tal caso, el destino poco puede afectarnos. Sin embargo, su intensidad, comparada con la satisfacción de los impulsos instintivos groseros y primarios, es muy atendida y de ningún modo llega a conmovernos físicamente.

57) El punto débil de este método reside en que su aplicabilidad no es general, en que sólo es accesible a pocos seres, pues presupone disposiciones y aptitudes peculiares que no son precisamente habituales.

58) Otra vía de obtención de “felicidad” mediante la tendencia a independizarse del mundo exterior buscando satisfacción en los procesos internos, psíquicos, se logra mediante las ilusiones que son reconocidas como tales, sin que discrepancia con el mundo real impida disfrutarlas una de ellas: el arte.

59) Quien sea sensible a la influencia del arte no podrá estimarle en demasía como fuente de placer y como consuelo para las congojas de la vida. Más la ligera narcosis en que nos sumerge el arte, sólo proporciona un refugio fugaz ante los azares de la existencia y carece de poderío suficiente para hacernos olvidar la miseria real de la vida.

60) Más enérgica y radical es la acción de otro procedimiento: el que ve en la realidad al único enemigo, fuente de todo sufrimiento, que nos torna intolerable la existencia y con quien, por consiguiente, es preciso romper toda relación si se pretende ser feliz en algún sentido. El ermitaño vuelve le espalda a este mundo y nada quiere tener que hacer con él.

61) Pero también se puede ir más lejos, empeñándose en transformarlo, construyendo en su lugar un nuevo mundo en el cual queden eliminados los rasgos más intolerables, sustituidos por otros adecuados a los propios deseos.

62) Quien en desesperada rebeldía adopte este camino hacia la felicidad, generalmente no llegara muy lejos, pues la realidad es más fuerte. Se convertirá en un loco a quienes pocos ayudarán en la realización de sus delirios.

63) Sin embargo se pretende que todos nos conducimos, en uno u otro punto, igual que el paranoico, enmendando algún cáliz intolerable del mundo mediante una creación desiderativa e incluyendo esta quimera en realidad.

64) Particular importancia adquiere el caso en que numerosos individuos aprenden juntos la tentativa de procurarse un seguro de felicidad y una protección contra el dolor por medio de una transformación delirante de la realidad.

66) Desde luego, ninguno de los que comparten el delirio puede reconocerlo jamás como tal.

67) Existe todavía otro método especial (que es en si toda una técnica del arte de vivir) que se distingue por la más curiosa combinación de rasgos característicos. También ella persigue la independencia del destino y con esta intención traslada la satisfacción a los procesos internos, utilizando al efecto la ya mencionada desplazabilidad de la libido, pero sin apartarse por ello del mundo exterior, antes al contrario aferrandose a sus objetos y hallando la felicidad en la vinculación afectiva con estos. Por otra parte, al hacerlo no se conforma con la resignante y fatídica finalidad de eludir el sufrimiento, sino que la deja a un lado sin prestarle atención, para concentrares en el anhelo primordial y apasionado del cumplimiento positivo de la felicidad. Quizá se acerque mucho más a esta meta que cualquiera de los métodos anteriores. Naturalmente, se trata de aquella orientación de la vida que hace del amor el centro de todas las cosas.

68) Una de las formas en que el amor se manifiesta -el amor sexual- nos proporciona la experiencia placentera más poderosa y subyugante. Estableciendo así al prototipo de nuestras aspiraciones de felicidad (los dos anteriores párrafos representan, sin serlo, un poema a la vida y al amor... qué diferencia de como se expresa la religión católica respecto al sexo y cuánta vergüenza y sentimiento de culpa genera respecto a algo que, en palabras de Freud, quizás sea de lo más bello que nos ofrece la vida en compensación ante otros aspectos con los que luego se ensaña; abp).

69) El punto débil de esta técnica de vida es demasiado evidente, y si no fuera así. A nadie se le habría ocurrido abandonar por otro tal comino hacia la felicidad. En efecto: jamás nos hallamos tan a merced del sufrimiento como cuando amamos (aquí Freud revela una gran maestría en el uso del método dualista; no ha terminado de ver la parte más positiva de un fenómeno –en este caso el amor- cuando ya está abordando su lado más oscuro; abp),) jamás somos tan desesperadamente infelices como cuando hemos perdido el objetó amado o su amor.

70) En resumen. El designio de ser felices que nos impone el principio del placer es... irrealizable; más no por ello se debe -ni se puede- abandonar los esfuerzos por acercarse de cualquier modo a su realización.



71) Aquí desempeña un papel determinante la constitución psíquica del individuo, aparte da las circunstancias exteriores.

72) E1 ser humano predominantemente erótico antepondrá los vínculos afectivos que lo ligan a otras personas; el narcisista, inclinado a bastarse a sí mismo, buscará satisfacciones esenciales en sus procesos psíquicos íntimos; el hombre de acción nunca abandonará un mundo exterior en el que puede medir sus fuerzas.

73) Cualquier decisión extrema en la elección se hará sentir exponiendo al individuo a los peligros que involucra la posible insuficiencia de toda técnica vital elegida con exclusión de las restantes… la sabiduría quizá nos aconseje no hacer depender toda satisfacción de una única tendencia. Pues su éxito jamás es seguro, depende del concurso de numerosos factores y quizá de ninguno tanto como de la facultad del aparato psíquico para adaptar sus funciones al mundo y para sacar provecho de éste en la realización del placer.

74) La última técnica de vida que le queda y le ofrece por lo menos satisfacciones sustitutivas al hombre es la fuga de neurosis, recurso al cual apela ya en los años juveniles.

75) Quien vea fracasar en la edad madura sus esfuerzos por alcanzar la felicidad, aún hallara consuelo en el placer de la intoxicación crónica, o bien expresará esa desesperada tentativa de rebelión que es la psicosis.

76) La religión viene a perturbar este libre juego de elección, al imponer e todos por igual, su camino único para alcanzar la felicidad y evitar el sufrimiento.



77) Su técnica consiste en reducir el valor de la vida y en DEFORMAR deliberadamente la imagen del mundo real, medidas que tienen por condición previa la intimidación de la inteligencia.


78) A este precio, imponiendo un infantilismo psíquico y haciéndole participar de un delirio colectivo, la religión logra evitar en muchos seres la caída en la neurosis individual, pero no alcanza nada más (la felicidad en la vida).



79) tampoco la religión puede cumplir sus promesas de proporcionar segura felicidad -como ningún otro de los medios-, pues el creyente, obligado a invocar en última instancia los “inescrutables designios” de Dios, confiesa con ello que ante el sufrimiento sólo le queda la sumisión incondicional, como último consuelo y fuente de goce (¿).

--III--

80) El que le resulte tan difícil ser feliz al hombre se debe, entre otras cosas, a tres fuentes principales:

a. La supremacía de la naturaleza

b. La caducidad de nuestro cuerpo y

c. La insuficiencia de nuestros métodos para regular las relaciones humanas en la familia, el Estado y la sociedad.

81) Si respecto a las dos primeras las aceptamos y por lo mismo hemos aprendido a enfrentarlas y mitigarlas, la tercera nos negamos en absoluto a aceptarla; no atinamos a comprender por qué las instituciones que nosotros mismos hemos creado no habrían de representar protección y bienestar para todos. Si consideramos cuán pésimo resultado hemos obtenido en este sector de la prevención contra el sufrimiento, comenzamos a sospechar que también aquí podría ocultarse una porción de la indomable naturaleza, tratándose esta vez de nuestra propia constitución psíquica.

82) Aquí nos sorprende la afirmación de que nuestra cultura (occidental: abp) llevaría gran culpa por la miseria que sufrimos y que podríamos ser mucho más felices si la abandonásemos para retornar a condiciones de vida más primitiva (o a otra cultura; abp)…sorprende porque es innegable que todos los recursos con los cuales intentamos defendernos contra los sufrimientos amenazantes proceden precisamente de esa cultura (Freud mismo pondrá más adelante en la picota a esta cultura; abp).

83) ¿Por qué caminos habrán llegado tantos hombres a esa extraña hostilidad contra la cultura?... Me parece que alcanzo a identificar el último y el penúltimo de esos motivos.

84) En el triunfo del cristianismo sobre las religiones paganas (aquí Freud denota eurocentrismo –sólo lo europeo es verdadero, sólo lo que yo digo y es lo que yo creo- pues da por hecho que hay una sola religión verdadera siendo todas las demás falsas por lo cual las denomina como “paganas”, además de dar por hecho un supuesto triunfo que no lo hay pues ni en China, la India ni en los países árabes ha "triunfado" el cristianismo, para nada; abp), ya debe haber intervenido tal factor anticultural, teniendo en cuenta su íntima afinidad con la depreciación de la vida terrenal implícita en la doctrina cristiana.

85) El penúltimo motivo surgió cuando al extenderse los viajes de exploración, se entabló contacto con razas y pueblos primitivos (nuevamente adolece Freud aquí de eurocentrismo al identificar tecnología con civilización y ausencia de técnica europea –porque otros pueblos carecían de técnica europea pero no de tecnología propia distinta- con primitivismo; más avanzados en alguna tecnología, sobre todo militar, no por ello eran más civilizados los europeos, basta recordar la segunda guerra mundial donde su tecnología para la muerte junto a su cultura del "tener”, provocaron la muerte de 50 millones de seres. En el Anáhuac, no había tecnología europea pero no por ello se carecía de una tecnología propia y avanzada. De ahí las obras de ingeniería hidráulica para el control de ríos y lagos en el Valle de México, la mayor precisión en los cálculos astronómicos, mayor productividad agrícola mediante la técnica de las chinampas, mejores estudios y técnicas de cultivo respecto a alimentos de más calidad como el amaranto, técnicas médicas desconocidas en Europa como las trepanaciones o incrustaciones en los dientes además de los tratados de medicina herbolaria y naturista existente por lo menos desde los toltecas, etc., etc. Y por otra parte, en cuanto a organización social, educación, jurisprudencia, administración y gobierno o política, los propios españoles no pudieron evitar admiración y expresiones de que ojalá y en Europa se tuviera algo igual -Motolinia, Las Casas, etc.- ¿Qué no es más civilizado un pueblo cuando más avanzado está en estos últimos aspectos?)… los europeos, observando superficialmente o interpretando de manera equívoca sus usos y costumbres, imaginaron que esos pueblos llevaban una vida simple, modesta y feliz, que debería parecer inalcanzable a los exploradores de nivel cultural más elevado (dudoso, abp).

86) Agrégase a lo anterior el influjo de cierta decepción. El hombre se enorgullece con razón de sus extraordinarios progresos en las ciencias naturales y en su aplicación técnica afianzando su dominio sobre la naturaleza. Pero comienza a sospechar que este recién adquirido dominio no ha elevado la satisfacción placentera que exige de la vida (barómetro central de todo verdadero avance o superioridad cultural, siempre y cuando “lo placentero” no se centralice o reduzca burdamente a lo sexual; abp), no le ha hecho más feliz. Deberíamos limitarnos a deducir de esta comprobación que el dominio sobre la naturaleza no es el único requisito de la felicidad humana –como por otra, temprano es la meta exclusiva de las aspiraciones culturales- , sin inferir de ella que les progresos técnicos son inútiles.

87) Siempre tendremos a apreciar objetivamente la miseria (no se refiere Freud exclusivamente a la material o económica, sino que incluye la emocional, la psíquica, la social, la cultural), es decir, a situarnos en aquellas condiciones con muestras propias pretensiones y sensibilidades, para examinar luego los motivos de felicidad o sufrimiento que hallaríamos en ellas. Esta manera de apreciación es aparentemente objetiva porque abstrae de las variaciones a que está sometida la sensibilidad subjetiva y es, por lo tanto, la más subjetiva que puede darse, pues es el lugar de cualquiera de las desconocidas disposiciones psíquicas ajenas coloca la nuestra. Pero la felicidad es algo profundamente subjetivo.

88) Nos es imposible colocarnos en el estado de ánimo de los hombres de antaño, intuir los matices del estupor inicial, el paulatino embotamiento, el abandono de toda expectativa, las formas groseras o finas de narcotización de la sensibilidad frente a los estímulos placenteros y desagradables.

89) Ante situaciones de máximo sufrimiento, también se ponen en funcionamiento determinados mecanismos psíquicos de protección.

90) Es hora que nos dediquemos a la esencia de esta cultura (occidental) cuyo valor para la felicidad humana se ha puesto tan en duda.



91) CULTURA: designa la suma de las producciones e instituciones que distancian nuestra vida de la de nuestros antecesores animales y que sirve para dos fines: proteger al hombre contra la naturaleza y regular las relaciones de los hombres entre sí.

92) Aceptamos como culturales todas las actividades y los bienes útiles para el hombre: a poner a la tierra a su servicio, a protegerlo contra la fuerza de los elementos, etc. He aquí el aspecto de la cultura que da lugar a menos dudas. Para no quedar cortos en la historia, consignaremos como primeros actos culturales el empleo de herramientas, la dominación del fuego y la construcción de habitaciones, los cuales desataron, con el curso de los siglos, todos los sorprendentes avances científico-tecnológicos, sobre todo de los dos últimos siglos.

93) Desde hace mucho tiempo el hombre se había forjado un ideal de omnipotencia que encarnó en sus dioses, atribuyéndoles cuanto parecía inaccesible a estos dioses como ideales de la cultura.

94) Ahora se encuentra muy cerca de alcanzar este ideal; casi ha llegado a convertirse, él mismo en un dios, aunque por cierto sólo en la medida en que el común juicio humano estima factible a su ideal: nunca por completo, en unas cosas, para nada; en otras, sólo a medias

95) El hombre ha llegado a ser un dios con prótesis: bastante magnífico cuando se coloca todos sus artefactos, pero éstos no crecen de su cuerpo y a veces, sólo a medias.

96) Vendrán tiempos futuros nuevos y de inconcebibles progresos en este terreno de la cultura (el técnico), exaltando aun más la identificación del hombre. Pero no olvidemos que tampoco el hombre de hoy se siente feliz en su semejanza con Dios.

97) Así, reconocemos el elevado nivel cultural de un país cuando comprobamos que en él se realiza con perfección y eficacia cuanto atañe a la explotación de la tierra por el hombre y a la protección de ésta contra las fuerzas elementales; es decir, en dos palabras: cuando todo esta dispuesto para su mayor utilidad. Pero aun tenemos otras pretensiones frente a la cultura y, lo que no deja de ser significativo, esperamos verlas realizadas.

98) Cual si con ello quisiéramos desmentir las demandas materiales que acabamos de formular, también celebramos como manifestación de la cultura el hecho de que la diligencia humana se vuelque igualmente sobre cosas que parecen carecer de la menor utilidad, como por ejemplo, la ornamentación floral de los espacios libres urbanos… Al punto advertimos que eso, lo inútil, cuyo valor esperamos ver apreciado por la cultura, no es sino la belleza. Exigimos al hombre civilizado que la respete dondequiera que se le presente en la Naturaleza y que, en la medida de su habilidad manual, dote de ella a los objetos.

99) Pero con esto no quedan agotadas nuestras exigencias a la cultura, pues aun esperamos ver en ella las manifestaciones de orden y limpieza.

100) El orden es una especie de impulso de repetición, que establece de una vez para todos cuándo, dónde y cómo debe efectuarse determinado acto, de modo que en toda situación correspondiente nos ahorraremos las dudas e indecisiones de espacio y tiempo, economizando simultáneamente sus energías psíquicas.

101) No obstante, no creemos poder caracterizar a la cultura mejor que a través de su valoración y culto de actividades psíquicas SUPERIORES, de las producciones intelectuales, científicas y artísticas, o por la función directriz de la vida humana que concede a las ideas (retrospectivamente vale la pena, en cuanto a los últimos puntos, analizar si los españoles eran en realidad más cultos que los pueblos que encontraron en este continente, según este último rasgo cultural que ha agregado Freud; abp).

102) Entre éstas, el lugar predominante lo ocupaban los sistemas religiosos; justo en ellos se encuentran las especulaciones filosóficas, y finalmente las “construcciones ideales” del hombre, es decir, su idea de una posible perfección del individuo, de la nación o de la humanidad entera.

103) Independientemente, de nuestros juicios de valor sobre algunos de estos ideales o sistemas religiosos o filosóficos, es preciso reconocer que su existencia, y particularmente su hegemonía, indican un elevado nivel de cultura.

104) Hipótesis: El resorte de toda actividad humana es el afán de lograr ambos fines convergentes (el provecho y el placer).

105) Como ultimo, pero no menos importante rasgo de la cultura, debemos considerar la forma en que son reguladas las relaciones de los hombres entre si, es decir, las relaciones sociales (aquí también para que no se quede en el aire, conviene aplicar este principio cultural, y que mejor –incluso para comprobar si es valedero o no- que usarlo comparativamente en la cultura occidental o europea que los españoles impusieron en el continente invadido hace 500 años. Concretamente compárese cómo en una y en otra cultura se “regulaban” aspectos sociales como la delincuencia, alcoholismo, bigamia, corrupción o arbitrariedad de funcionarios públicos, prostitución, educación social del individuo, etc., para que al final se logre un balance de quiénes obtenían mejores éxitos en sus propósitos y con qué consecuencias, entonces quizá se vea que respecto al logro de este último objetivo, los pueblos del Anáhuc, ERAN MAS CULTOS que los europeos, y hasta la fecha, pues Europa y su sucursal en América, E.U., no hacen otra cosa que seguir invadiendo, saqueando, explotando y llevando la muerte a todos los pueblos por donde pasan, con el único fin de vivir ellos materialmente mejor...¿eso es ser cultos, humanitarios?; abp).

106) El elemento cultural estuvo implícito ya en la primera tentativa de regular esas relaciones sociales, pues si tal intento hubiera sido omitido, dichas relaciones habrían quedado al libre arbitrio del individuo, es decir, el más fuerte las habría fijado a conveniencia de sus intereses y de sus tendencias instintivas.

107) La vida humana en común sólo se torna posible cuando llega a reunirse una mayoría más poderosa que cada uno de los individuos, y cuando se mantiene unida frente a cualquiera de éstos.

108) El poderío de tal comunidad se enfrenta entonces, como “Derecho”, con el poderío del individuo, que se tacha de “Fuerza Bruta”.

109) Esta sustitución del poderío individual por el de la comunidad representa el paso decisivo hacia la cultura.

110) Su carácter esencial reside en que los miembros de la comunidad restringen sus posibilidades de satisfacción, mientras que el individuo aislado no reconocía semejantes restricciones.

111) Así pues, el primer requisito cultural es el de la justicia o sea, la seguridad de que el orden jurídico, una vez establecido, ya no será violado a favor de un individuo, sin que esto implique un pronunciamiento sobre el valor ético de semejante derecho.

112) El curso ulterior de la evolución cultural parece tender a que este derecho deje de expresar la voluntad de un pequeño grupo -casta, tribu, clase social-, que a su vez se enfrenta como individualidad violentamente agresiva, con otras masas, quizá más numerosas.

113) El resultado final ha de ser el establecimiento a un derecho al que todo -o por lo menos todos los individuos, aptos para la vida en comunidad- hayan contribuido con el sacrificio de sus instintos (¡!) y que no deje a ninguno –una vez más: con la mencionada limitación -a merced de la fuerza bruta.

114) La libertad individual no es un bien de la cultura, pues entonces carecía de valor porque el individuo apenas era capaz de defenderla. El desarrollo cultural le impone restricciones, y la justicia exige que nadie escape de ellas.

115) Cuando en una comunidad se agita el ímpetu libertario, puede tratarse de una rebelión contra alguna injusticia establecida, favoreciendo así un nuevo progreso de la cultura.


116) Pero también (esta rebelión) puede surgir del resto de la personalidad primitiva que aun no ha sido dominado por la cultura, constituyendo entonces el fundamento de una hostilidad contra la misma. Por consiguiente, el anhelo de libertad se dirige contra determinadas formas y exigencias de la cultura, o bien contra ésta en general.

117) Al parecer no existe medio de persuasión que permita inducir al hombre a que transforme su naturaleza en la de una hormiga; seguramente jamás dejará de defender su pretensión de libertad individual contra la volunta de la masa.

118) Buena parte de las luchas en el seno de la humanidad giran alrededor del fin único de hallar un equilibrio adecuado (es decir, que dé felicidad a todos) entre estas reivindicaciones individuales y las colectivas, culturales; uno de los problemas del destino humano es el de si este equilibrio puede ser alcanzado en determinada cultura o si el conflicto es en si inconciliable.

119) Nos hemos cuidado de caer en el prejuicio general de equiparar la cultura a la perfección o que la considere el camino hacia lo perfecto.

120) Hasta aquí nada se ha dicho que no fuese conocido por todo el mundo, pero en adelante abordaremos cierta concepción que quizá conduzca en otro sentido. Según ésta, podría caracterizarse a la cultura por los cambios que impone a las conocidas disposiciones institucionales del hombre, cuya satisfacción es la finalidad económica de nuestra vida.

121) Algunos instintos son obligados a desplazar las condiciones de su satisfacción, para lograrla por otros medios o en otros campos que nada tienen que ver con el instinto en donde surgió la necesidad, proceso que en la mayoría de los casos coincide con el bien conocido mecanismo de SUBLIMACION.

122) La sublimación de los instintos constituye un elemento cultural sobresaliente, pues gracias a ella las actividades psíquicas superiores, tanto científicas como artísticas e ideológicas, pueden desempeñar un papel muy importante en la vida de los pueblos civilizados.

123) Hallamos junto a estos dos mecanismos un tercero, que nos parece el más importante, pues es preciso reconocer la medida en que la cultura reposa sobre la renuncia a las satisfacciones instituales hasta el punto que su condición previa radica en la insatisfacción de instintos poderosos (por represión, supresión, sublimación, etc.)

124) Esta frustración cultural, rige el vasto dominio de las relaciones sociales, y ya sabemos que en ella reside la causa de la hostilidad contra toda cultura.

125) No es fácil comprender como se puede sustraer un instinto a su satisfacción, propósito que, por otra parte, no está nada libre de peligros, pues si no se compensa económicamente (en términos de gasto de energía; abp) tal defraudación, habrá que atenerse a graves trastornos.

--IV--

126) ¿A qué factores debe su origen la evolución de la cultura, cómo surgió y qué determinó su desarrollo ulterior? Además del trabajo, la protección y la ayuda mutua, es de suponer que la constitución de la familia estuvo vinculada a cierta evolución sufrida por la necesidad de satisfacción genital. Con ello el macho tuvo motivos para conservar junto a sí a la hembra, o, en términos más genéricos, a los objetos sexuales; las hembras por su parte, no queriendo separarse de su prole inerme, también se vieron obligadas a permanecer, en interés de ésta, junto al macho más fuerte. En esta familia aún falta un elemento esencial de la cultura, pues la voluntad del jefe y padre era ilimitada.

127) En “Tótem y Tabú” (también de Freud), se trató de mostrar el camino que condujo a la fase siguiente de la vida en sociedad, es decir, a las alianzas fraternas. Los hijos, al triunfar sobre el padre, habían descubierto que una asociación puede ser más poderosa que un individuo aislado. La fase totémica de la cultura se basó en las restricciones que los hermanos debieron imponerse mutuamente para consolidar este nuevo sistema.



128) Los preceptos del tabú constituyeron así el primer “Derecho”, la primera ley. La vida de los hombres en común adquirió, pues, doble fundamento: por un lado, la obligación del trabajo impuesto por las necesidades exteriores: por el otro, el poderío del amor, que le impide al hombre prescindir de su objeto sexual, la mujer, y a ésta, de esa parte separada de su seno que es el hijo.

129) De esta manera, Eros y Anake se convirtieron en los padres de la cultura humana, cuyo primer postulado fue el de facilitar la vida en común al mayor número de seres. Así, todo parece que marcharía bien, por eso no es fácil comprender cómo esta cultura podría dejar de hacer felices a sus miembros. Antes de indagar el origen de este problema, analicemos un poco más uno de los dos fundamentos de la cultura: el amor.



130) Cuando se señaló en otro inciso que la experiencia del amor sexual ofrece al hombre la más intensa de las vivencias placenteras, estableciéndose en suma, el proyecto de toda felicidad, éste le indujo a situarse en el centro de su existencia. Se agregaba que tal camino conduce a una peligrosa dependencia que le expone a experimentar los mayores sufrimientos, cuando este objeto lo desprecie o cuando se lo arrebate la infidelidad o la muerte. He aquí por qué los sabios de todos los tiempos trataron de disuadir tan insistentemente a los hombres de la elección de este camino.

131) Sólo un limitado numero de seres logra hallar la felicidad por la vía del amor (gracias a su constitución psíquica), más para ello deben someter a la función erótica a vastas e imprescindibles modificaciones psíquicas.

132) Estas personas se independizan del consentimiento del objeto desplazando a la propia acción de amar el acento que primitivamente repasaba en la experiencia de ser amado, de tal manera que se protegen contra la perdida del objeto, dirigiendo su amor en igual medida a todos los seres en vez de volcarlo sobre objetos determinados.

133) Por fin, evitan las peripecias y defraudaciones del amor genital, desviándolo de su fin sexual, es decir, transformando el instinto en impulso coartado en su fin (¡!). El estado en que de tal manera logran colocarse, sea actitud de ternura etérea e imperturbable, ya no conserva gran semejanza exterior con la agitada y tempestuosa vida amorosa genital de la cual se ha derivado

134) Ambas tendencias amorosas, la sensual y la del fin inhibido, trascienden los límites de la familia y establecen nuevos vínculos con seres hasta ahora extraños. El amor genital lleva a la formación de nuestras familias; el de fin inhibido, a las amistades, que tienen valor en la cultura pues escapan a muchas restricciones del amor genital, como por ejemplo, a su carácter exclusivo.

135) Sin embargo, la relación entre amor y cultura, deja de ser unívoca en el curso de la evolución: por un lado, el primero se opone a los intereses de la segunda, que a su vez lo amenaza con sensibles nuevas restricciones.

3 comentarios:

anilina dijo...

:) interesantísimo el texto, no terminé de leerlo ya que ando apurada y es bien largo, ya lo terminaré después...

Anónimo dijo...

Hola!!!!!!! apenas encontre su página, me es muy interesante, un poco tedioso la lectura, pero es bueno, deberia de actualizarlo y ser un poco mas sencillo en esplicar sus ideales e intenciones. Buen día.

Unknown dijo...

Hola Armando, es muy interesante lo que dices, pero como ya hemos comentado en otras ocasiones, creo que estaría bien que lo que escribieras fuera "para todos los públicos", con esto me refiero a un poco mas de sencillez y dinamismo, pues así llegaría a donde tu quieres que llegue: a la máxima difusión de la educación, de la cultura... Eso por lo que llevas luchando día tras día, tus alumnos, el inculcarles una forma de vida diferente ... Un fuerte abrazo fraterno, Olkan.

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